Las relaciones afectivas en la psicosis posparto: explorando su influencia mutua desde la perspectiva de las mujeres y sus seres queridos.[1]
Pasar por cualquier enfermedad mental es una situación estresante y de gran impacto, tanto para quien la vive como para quienes conviven con esa persona y tienen un vínculo afectivo con ella. Cuando esta situación se da dentro del contexto del nacimiento de un bebé, dicho impacto aumenta. Diversos estudios destacan el aumento de la probabilidad de separación de las parejas después de pasar por una psicosis posparto. Algunas mujeres señalan un cambio negativo en las relaciones con sus amigos y familiares después de un episodio. Este cambio puede exacerbarse debido a la falta de entendimiento que se da por parte de su entorno cercano sobre las dificultades que genera la enfermedad.
Otros estudios más centrados en las parejas de quienes han sufrido dicha enfermedad revelan respuestas emocionales complejas durante el episodio, que incluyen estados emocionales tales como miedo, confusión, rabia, angustia, además de la tendencia a ser reacios a buscar ayuda debido a cuestiones culturales y/o personales.
Pese a la emergencia y las consecuencias dramáticas que conlleva la psicosis posparto, tanto por el momento en que se da como por el estrés que supone para la relación de pareja, el impacto percibido sobre las relaciones no siempre es negativo. El estudio, que detallamos a continuación, explora cómo las mujeres y sus seres queridos dan sentido a la experiencia vivida con la psicosis posparto, a sus relaciones, y la influencia mutua que tuvieron una sobre otra. Para esto las investigadoras realizaron entrevistas de 7 diadas compuestas por 7 mujeres que habían sufrido psicosis puerperal tras el nacimiento de su primer bebé, y una persona escogida por cada una de ellas como alguien significativo -5 de ellos eran la pareja y padre de la criatura, otra era la hermana de una de las mujeres, y la última era una amiga-. Del análisis del contenido de las entrevistas realizadas, Wyatt, Murray, Davies y Jomeen reiteran la importancia de la existencia de redes de apoyo en la recuperación de la psicosis posparto, confirman el potencial negativo que puede tener la psicosis puerperal sobre las relaciones interpersonales, al mismo tiempo muestran el potencial que una experiencia como ésta posee para la transformación positiva de las relaciones.
Durante el episodio de psicosis posparto, tanto las madres parejas o seres queridos vivieron a la madre como alguien diferente de quien ella solía ser. Esta experiencia de convertirse en “una extraña” se da durante los primeros días del episodio psicótico, y genera muchísimo estrés en las parejas.
Dicha sensación de extrañeza supone una amenaza la relación a través de varias situaciones que se suceden.
* Por un lado, se da una comunicación disruptiva -es muy difícil comunicarse, las madres sentían que no podían comunicar su angustia o lo que estaban sufriendo, y sus seres queridos tenían dificultades de comunicación debido a las emociones experimentadas al tener que tomar decisiones y acciones para resolver la situación (dar lactancia artificial, gestionar ingresos hospitalarios, etc.)-.
* Por otro lado, hay una disminución significativa del afecto físico y una alteración de los roles esperados, generando diferentes pérdidas -de las expectativas que se tenían respecto al período posnatal, la separación física de las madres, y a menudo de los bebés, debido a ingresos psiquiátricos, y la percepción de la pérdida temporal de la relación-. Esta sensación es aún más acentuada cuando las otras personas no habían presenciado ninguna situación anterior en la que la madre hubiera sufrido algún estrés emocional agudo.
La recuperación y la vuelta a la “normalidad” se vió reflejada en el momento en que se retomaron cualidades fundamentales de la relación, proceso que fué facilitado cuando las diadas compartieron entre ellas las experiencias posnatales, construyendo una conceptualización compartida de la vivencia individual de cada uno durante ese período.
En los casos en los que el apoyo fué escaso y la madre percibió falta de empatía o de interés en entender su experiencia, la reparación de la relación se hizo más difícil, generando rupturas que no pudieron ser reparadas. Aquellas madres que percibieron que sus parejas fracasaron en la búsqueda de ayuda, o que no respondieron de manera empática o en el momento adecuado, estaban resentidas. Igualmente, asumir que la búsqueda de ayuda es una cuestión inherente al “rol de pareja” generó ciertas dificultades para que otros familiares o amigos dieran el paso, ya que tenían la sensación de estar tomando decisiones que no les correspondían.
Para poder brindar apoyo, los otros familiares necesitaban, a su vez, de una red de apoyo ellos mismos. La experiencia de la psicosis posparto activa sentimientos de soledad y aislamiento, tanto el entorno afectivo como en las madres. Para las parejas, la pérdida de su habitual relación con la madre exacerba este sentimiento, el cual llega a disminuir si se recibe apoyo práctico y logístico del entorno cercano. Al mismo tiempo, muchos otros significativos encontraron consuelo al compartir su experiencia emocional con otros.
La mayoría de los participantes describieron un fortalecimiento de su relación gracias a haber pasado por una psicosis posparto, haciendo especial énfasis en el aumento de la confianza, el aprecio y el respeto. Esta experiencia de transformación positiva es semejante al concepto de crecimiento postraumático, es decir, al cambio positivo que se sucede como resultado de una lucha con eventos altamente retadores. En este sentido, la psicosis posparto fue percibida como un obstáculo que juntos enfrentaron, exitosamente. Una vez más, el desarrollo de un discurso compartido sobre la experiencia posnatal pudo haber contribuido al crecimiento personal, al mismo tiempo que pudo haber facilitado la recuperación en los participantes del estudio.
Este estudio sugiere que una aproximación terapéutica, después de las intervenciones biomédicas necesarias, puede ser beneficiosa tanto para las mujeres como para sus familiares. El proceso de entrevista llevado a cabo para obtener estos hallazgos también mostró la importancia para las madres, y su entorno cercano, de tejer un discurso compartido que les permitiera comprender el período posnatal y el potencial de los profesionales para facilitarlo. Esto puede ayudar a la recuperación y facilitar el crecimiento postraumático, lo cual puede ser conseguido involucrando a sus seres queridos en las sesiones psicoterapéuticas y a través del uso de técnicas -como las preguntas circulares para promover la consideración del punto de vista del otro-.
El estudio refleja las complejas interacciones que se suceden entre la experiencia de la psicosis posparto y las relaciones cercanas. Vivir una experiencia psicológica tan extrema en un momento crítico de la vida de una mujer, puede generar dificultades dentro de las relaciones interpersonales, pero al mismo tiempo abrir la posibilidad de la creación de una conexión más fuerte con la pareja. Estos hallazgos invitan a los profesionales de la salud mental perinatal a tener presente el rol de las relaciones como facilitadores de la recuperación y, por tanto, a tener en cuenta el contexto relacional de las madres con las que trabajan. Esto les permitiría asistir, ayudar a su entorno afectivo, colaborando así en proveerles de un ambiente de apoyo que pueda facilitar la recuperación y minimizar el potencial de las dificultades en la relación.
[1]Traducción libre de la siguiente investigación: Wyatt, C., Murray, C., Davies, J & Jomeen, J. Postnatal psychosis and relationships: exploring their mutual influence from the perspective of women and their significant others. Journal of Reproductive and Infant Psychology. April, 2015.
DOI: 10.1080/02646838.2015.1027181
Traducido por Iliana Paris, psicóloga perinatal